¿Por qué te odias? ¿Por qué te pegas con palabras y te agredes con pensamientos, si el mundo ya está esforzándose lo suficiente para causar dolor? ¿Por qué te atacan por ser humano? Por qué te molestas al ver que no eres invencible? ¿Por qué no te dejas llorar y no te dejas sentir? ¿Por qué pasas horas arreglando todo eso que no tienes que arreglar? Ordenando, diseñando tu vida para que sea un hecho de la de las demás ¿Por qué evitas mirar hacia adentro, hacia ti? ¿Por qué el miedo a verte en realidad?
Permítete ser querida por ti y por los demás. Permítete soltar angustias con un llanto escandaloso, y luego permítete lavar tu cara y seguir adelante sin recriminar tu falta de perfección. Permítete ser fallida. Permítete tener cicatrices, rollos y granos. Permíteme ser flaca, alta y musculosa. Permítete hacer deporte. Permítete no hacer deporte. Permítete jalar, fallar, caer, levantarte y volver a caer. Permítete sentirte mal. Permítete subir esa foto en la que no pareces modelo. Permítete hacer el ridículo. Permítete reír a carcajadas. Permítete bailar aunque lo hagas mal. Permítete roncar y babear mientras duermes. Permítete hablar en tus sueños. Permítete ser feliz, envidiosa, molesta, atrevida, triste, invencible, débil, dependiente, inteligente y bruta. Permítete no saber y permítete saberlo todo. Permítete ser libre de respirar sin sentir que defraudas a alguien con tu existencia. Permítete estar orgullosa de ti misma, ya sea porque ganaste un Nobel o porque saliste de tu cama. Permítete ser humano, y permíteme amarte por eso.